Miles de emprendedores no llegan a hacer realidad sus ideas de negocio a causa de lo difícil que puede ser conseguir financiación directa de un banco u otra entidad financiera. Entonces, ¿qué otra opciones quedan para financiar una startup?
1. Familia y amigos
Este es el tipo de inversores que tenemos más a la mano, tanto por la cercanía con ellos como por la confianza que tienen en nosotros. Como ya conocen nuestra trayectoria, será más sencillo lograr que participen de nuestros proyectos. Solo tengan cuidado de no mezclar lo personal con los negocios y no olvides indicarles que están apostando por un proyecto de alto riesgo.
2. Inversores Ángeles
Son personas que no tienen mayor relación contigo, pero están dispuestos arriesgar en tu idea e invertir capital financiero en ella, además de apoyarte con sus conocimientos y experiencia. Trata de contactar con personas familiarizadas con el sector para así poder crear una empatía con el negocio.
3. Redes de inversores
Estas redes están formadas por inversores, quienes a través de sus agentes buscan ideas de negocio que puedan ser rentables para apoyarlas económicamente. Con esta táctica de mandar a un mensajero protegen su anonimato. Google es una buena alternativa para iniciar la búsqueda.
4. Venture Capital
Este tipo de inversor inyecta una considerable suma de dinero para poner en marcha proyectos de startups. A cambio, buscarán la rentabilidad de su participación para luego poder vender sus acciones y obtener una ganancia considerable.
5. Descuento de pagarés y factoring
Una vez lanzado un negocio, las primeras ventas que se realicen son una fuente muy efectiva de financiación para la startup. El empresario puede financiar directamente su empresa sin aumentar el riesgo financiero a través del descuento de pagarés y el factoring o adelanto de facturas, que permiten cobrar de forma inmediata los trabajos sin esperar a la fecha estipulada de cobro.